(para leones, ‘leones’)
ECK, W., Augusto
(1998), Acento, Madrid, 2001, 143 pág.; traducción, A. Bermejo (temas 11 y 12).
Formando parte de una familia influyente, aunque no
de primera línea, Cayo Octavio, el futuro Augusto, se convertiría en el
heredero de su tío-abuelo Julio César, accediendo al primer plano de la vida
política de Roma para no abandonarla hasta su muerte. Unido a Marco Antonio y a
Lépido, acabarán con los asesinos de César y, más tarde, en Actium derrotará a
Marco Antonio y a Cleopatra, quedando como único líder. Desde entonces, fue
cambiando la república hasta convertirla en un sistema centralizado en su
persona.
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