Dos historias muy diferentes unidas por
Altamira. La más cercana en el tiempo se centra en Marcelino Sanz de Sautuola y
su hija María, los descubridores de las célebres pinturas, y la difícil
situación que hubieron de soportar hasta que fue reconocida la originalidad del
arte cántabro. Por su parte, Rek es el hijo del jefe de un clan prehistórico,
más inclinado a la observación y a la creación artística que a la caza, por lo
que sufrirá grandes contratiempos, que afectarán incluso a su amor…
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