David, joven aprendiz de pintor, quiere conocer el
pasado artístico, pero se aburre cuando se lo cuenta su maestro Messina. Por
eso, este se inventa la forma de hacer real lo sucedido, trasladándose ambos a
la Prehistoria. Allí se juntan con un grupo de cazadores y viven con ellos la
realidad del momento, observando además las formas y técnicas del arte
cuaternario en todas sus facetas, especialmente el rupestre de las cuevas,
entre las que destacan Lascaux y Altamira…
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