Vadim, un muchacho ruso, y Ogodei, otro mongol (tártaro), protagonizan este escrito, que finaliza en la histórica batalla de Kulikovo (1380). Vadim, cojo y débil, deberá dedicarse a la pintura, mientras Ogodei se convierte en un feroz soldado a las órdenes del kan Mamai. Sus caminos se cruzan en distintos momentos, al atacar los mongoles la zona rusa, corriendo grave peligro la vida de Vadim, quien acabará participando en la batalla decisiva, aunque como enfermero.
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