Durante la Guerra Civil en España,
en los últimos días antes de la conquista de Barcelona por las
tropas sublevadas (enero de 1939), las órdenes del comunismo internacional son que los centros
neurálgicos de la ciudad sean destruidos, sin importar las víctimas que se produzcan.
El conseller de abastecimientos, Miquel Serra, del partido socialista unificado
de Cataluña, se ofrece a coordinarlo, con el propósito oculto de impedirlo…
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