Para finalizar un proyecto ultrasecreto de defensa, los
estadounidenses necesitan bizanio, una sustancia que no consiguen localizar.
Sus investigaciones les conducen a una misión realizada en 1912 por mineros que
trabajaron en una zona de Rusia y que desaparecieron, uno de ellos en el
Titanic. Por eso, deciden recuperar el barco, siempre con espías rusos al
acecho, que intentarán evitar el triunfo de sus oponentes…
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